Si quieres llegar a Cádiz presumiendo de conocer Cádiz como si hubieras nacido allí apréndete estas expresiones.
¿Andevá, carajo?: Se usa cuando el hablante se siente perentoriamente agraviado por el oyente, siempre bajo una entonación eminentemente victimista. También se emplea para preguntar simplemente a otro que dónde se dirige, normalmente a gritos y de acera a acera. Tiene una variante, «¿Andevá, cohone?», en la que se advierte a alguien que se está pasando de la raya.
Bastinazo: Exageración. Para lo bueno o para lo malo. Lo mismo significa genialidad que metedura de pata.
Bulla: Prisa. Suele emplearse la frase «no hay bulla» para dar largas cuando hay algo por hacer que no se piensa hacer jamás.
Dercarajo: muy, mucho, «una humedad dercarajo, una caló dercarajo, un tango dercarajo de bueno».
Enga, a ve si un diíta queamoh: forma definitiva de despedirse para siempre. Frase utilísima para no quedar nunca con nadie. (Como lo de Javier Arenas quedando a cenar con media Sevilla, pero en gaditano.)
Enga, dehpué me paso: Se emplea cuando no se piensa acudir al presunto destino bajo ningún concepto.
Eso é ajín: El hablante no le quiere dar más vueltas al tema, porque la conversación le molesta o porque no tiene ni idea de lo que se está hablando.
Ira, quillo, ehto e una mierda: El hablante se da cuenta de que no le sale bien lo que está haciendo.
Ira, que le den por culo: el hablante insta al oyente a que no siga prestando atención a una persona o cosa.
Máh gente quer carajo: Aglomeración de personas en lugares determinados. (No confundir con la «bulla» sevillana, que es más gente quercarajo, pero de miarmas.)
¡Me zúarcarajo!: El hablante expresa con tono desafiante que le da lo mismo una persona, animal, cosa, idea o situación.
¡No! ¡Qué vá...!: Ironía de «¡desde luego que sí! ¡Faltaría más!».
Pá tó suh muertoh: expresión admirativa y ponderativa equivalente a «muy» o a «dercarajo». Así, por ejemplo, «esa mujer es muy guapa» se diría «eza tía ehtá pa tó suh muerto».
Pamplina: Dicho, hecho o idea que el hablante juzga tontería, aunque no lo sea. (Por ejemplo, «pamplinas de la Plaza Mina».)
Po lo va a hasé su puta madre: Negación absoluta a cumplir cualquier obligación.
¡Por loh cohone!: Ironía de «seguro que sí».
¡Que sí, carajo!: El hablante se muestra indignado al no percibir fehacientemente una muestra inequívoca de adhesión por parte del oyente a cuanto está diciendo.
¿Sabeloquetedigo,no?: El hablante percibe que el oyente ha perdido el hilo de lo que está diciendo y busca su gesto afirmativo para que continúe atento y así poder seguir liándose en la argumentación.
¡Si no, te var carajo!: Lo tomas o lo dejas.
¡Tehquiarcarajo!: Se utiliza para mostrar un desacuerdo radical.
Yo me viá í ya: El hablante expresa su voluntad de quedarse al menos una hora más.